Publication: Milenio 
Date: 16 September, 2022
By: JOSÉ JUAN DE ÁVILA

La cantante y actriz alemana se presentará con la Orquesta Filarmónica de la UNAM (Ofunam) los días 10 y 11 de septiembre en la sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario.

Ute Lemper (su nombre, eufónico, ya es una canción) asegura que una de sus misiones es mantener un repertorio vivo de obras de autores como Kurt Weill, Bertolt Brecht, Edith Piaf o Jacques Brel para nuevas audiencias, pero aclara que no canta por tradición, sino por la urgencia de representar lo actual, con esas obras “atemporales” que hablan “de libertad, de emancipación, de rebelión y de revolución”. L’enfant terrible de la canción europea recuerda que su relación con México se inició hace 25 años, cuando apenas estaba a mitad de su carrera, en entrevista desde Nueva York, en vísperas de su nueva presentación en México con sendos conciertos el sábado 10 y domingo 11 de septiembre en la sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, con la Orquesta Filarmónica de la UNAM (Ofunam).

Bajo la batuta de Iván López Reynoso, Ute Lemper (Alemania, 1963) interpretará con la Ofunam obras icónicas de su carrera de cuatro décadas: Milord, de Georges Moustaki y Marguerite Monnot; Weimar Suite; el tema de Cabaret y piezas del musical de Fred Ebb y John Kander con el que debutó en París en los ochenta, además All that Jazz, de Chicago, también de Ebb y Kander; Je en sais pas, Amsterdam y Ne me quitte pas, de Jacques Brel, junto a obras de Astor Piazzola: Yo no soy María y Che tango che. La cantante y actriz alemana, quien ha colaborado con los cineastas Robert Altman y Peter Greenaway, la coreógrafa Pina Bausch, el cantante Tom Waits y los músicos Philip Glass y Nick Cave, entre muchos otros, vuelve después de varios años de ausencia desde su presentación en el Palacio de Bellas Artes de 2016 con la Sinfónica Nacional, para abrir con broche de oro la temporada de Ofunam. Dice que es un gran privilegio” venir a México, donde cantó en el Festival Internacional Cervantino . Lemper adelanta que en 2023, que cumple 60 años, realizará otra grabación discográfica y un documental sobre su vida y carrera que abordará su relación con el país y destacará la historia de la madre de la empresaria, Yetty, sobreviviente del campo de concentración de Bergen-Belsen.

“He estado en México muchas veces durante los últimos 25 años. Es un gran privilegio llevar mi música y la música que represento a esta cultura única y diferente y a su público. Es un pedazo de historia lo que represento con este repertorio que, aunque fue concebido muy lejos de México, es una importante pieza de reflexión poética de la vida, y después de todo la vida es universal en el espíritu del amor, la lucha, la guerra, la supervivencia, la opresión y la esperanza. Así que siempre amo llevar mi música a Ciudad de México porque el público es muy afectuoso, apasionado, también muy culto e intuitivo. Y es maravilloso y colorido tener estas experiencias en esa hermosa ciudad”, expone Lemper.

En el programa para los conciertos con la Ofunam aparecen varias de las canciones icónicas de su repertorio. ¿Qué significa para usted cantar esos clásicos para nuevas audiencias?

“Este concierto tiene que ver con mi trayectoria musical, que empezó hace 40 años, en los años 80, con música de Kurt Weill, Bertolt Brecht, canciones de cabaret, piezas sinfónicas con canciones de Brecht, el cancionero francés, diferentes compositores como Edith Piaf o Jacques Brel, más adelante Astor Piazzola. Es una larga trayectoria musical. Pero con las canciones que presentaré en la sala Nezahualcóyotl con la Ofunam, siento que estoy cantando la esencia de mi repertorio musical. Es música del pasado, pero atemporal. Es música que aborda situaciones de cambio, de revoluciones, de rebelión, de la vida poética, y, sin embargo, hay un gran espíritu de libertad en este repertorio porque este siempre depende de la interpretación humana. Es maravilloso interpretarlo con orquesta, es un privilegio porque la orquesta me da un extraordinario universo de imágenes sonoras para experimentar. Y es genial e importante llevar este repertorio a las generaciones más jóvenes, a gente que necesita conocer esta parte de la historia de la música, de cuando la música asumió la voz de la liberación, la voz de la emancipación de las mujeres, de libertad contra la opresión y la libertad política, de una manera poética y existencialista. Es algo que los universitarios necesitan escuchar y aprender”.

Usted empezó su carrera en los escenarios con los musicales. En la sala Nezahualcóyotl interpretará varias obras de ellos. ¿Qué encuentra Ute Lemper de valioso en los musicales?

“Los musicales hablan un idioma muy especial. Hay una narración que pasa por las palabras y los números musicales, y el baile. La plataforma que hace a mucha gente feliz tuvo un desarrollo brillante y perfecto especialmente en los universos estadounidense y británico. Y no siempre son superficiales, por cierto. Me parece que algunos musicales tienen una muy compleja música y libretos, pero están hechos para entretener, por supuesto. A lo largo de las décadas he participado en muchos musicales, y siempre ha sido emocionante. Pero, es cierto que nunca me he sentido más en casa que en mis propios conciertos, en los que puedo ser más profunda, tomar más tiempo y en los que hay más momentos para ir más allá de lo que la música pueda hacer. El musical es parte de mi vida y disfrutaré celebrar aquí algunas de mis experiencias con los musicales en París, con Cabaret, o en Broadway, con Chicago, o en Berlín, con El ángel azul. Los musicales son parte de mí, aunque no una parte esencial de mí”. 

El amor y la guerra están en el contexto de su carrera. ¿Qué es más fuerte para usted: el amor o la guerra?

“Ambos están conectados. La ausencia del amor, de comprender la empatía y la razón, es la guerra. Hay que ver que los humanos tienen demonios y una parte muy oscura en su corazón y comprensión de la vida, y siempre la más horrible esencia del ser humano es la lucha por el poder; cuando el poder se convierte en el peor enemigo del ser humano, la guerra comienza. Tienes que describir la guerra al mismo tiempo que el anhelo de amor. Ambos son aspectos contrarios de mis canciones”. 

Kurt Weill, Edith Piaf, Marlene Dietrich, Jacques Brel… Muchas de sus canciones vienen de una época lejana. ¿Qué significa para usted memoria y tradición?

“Yo no canto por razones tradicionales; canto porque vivo el ahora, el hoy, en el momento. No canto por crear una pieza de museo, sino por la urgencia de representar la actualidad. Canto ahora, en este momento, para la gente de hoy, con mi más contemporáneo espíritu. Y al mismo tiempo, es mi misión mantener este repertorio vivo para representar este universo de gente de hoy”. 

Otra vez la humanidad atraviesa por momentos oscuros: pandemia, una nueva guerra en Europa, la peor violencia en México. ¿Cuál es el rol del artista en tiempos de oscuridad?

“Los artistas siempre apelan por la sensibilidad y la comprensión. Siempre apelan por el balance, la armonía y la belleza esencial de las personas, que es el amor. Con la conexión entre el entendimiento, la empatía, la paz y el amor universales que los artistas buscan estaríamos en un mundo mejor. Entre más cerca estés de la lucha por el poder, las prioridades del gobierno, hacer reglas para otros en un sistema dogmático y la opresión estarás más lejos de la música y el arte. Por eso el artista es una suerte de paria, porque se mantiene alejado de lo normal, reflexionando sobre el exterior y la vida interior”. 

¿Cómo la cambió como artista y persona la pandemia?

“Tuvo un gran impacto en mí para parar todo, para alejarme y parar: parar el estrés, la presión, los horarios, la rutina y ver todo desde una perspectiva diferente. Y el resultado de ver las cosas desde una perspectiva diferente fue tener nuevas prioridades; encontré mucha calma, paz dentro de mí que había perdido desde hacía mucho tiempo. Ahora solo quiero hacer tours y conciertos que sean realmente importantes, y si no quedarme en casa, ser creativa desde casa y estar en el hogar con mi familia”. 

¿Cómo sobrelleva una artista como Ute Lemper la soledad en nuestros días?

“Pues no estuve muy sola durante la pandemia, porque mis hijos tuvieron que quedarse en casa. Me pasé los días haciendo escuela en casa con ellos, básicamente estudié el segundo y quinto grado otra vez. Aprendí mucho (risas). No tuve mucho tiempo para la soledad. Sé que mucha gente sufrió soledad, estuvo muy aislada, muy abandonada, muy sola, pero en mi casa no tuve esa experiencia, disfruté mucho estar con mi familia. Sé que mucha gente joven, en especial adolescentes, necesitaban la estructura escolar y socializar y estar felices con otros jóvenes, y muchos tuvieron problemas mentales, sufrieron mucho con el aislamiento y una lucha muy fuerte para aceptar la vida como era”. 

Grabó el álbum los The 9 Secrets a partir de su lectura del Manuscrito encontrado en Accra, de Paulo Coehlo. ¿Qué encontró en ese libro que pudiera inspirarla a usted?

“Era un momento de mucho conflicto en mi vida y buscaba una suerte de nuevas perspectivas, y encontré una dimensión espiritual en Manuscrito encontrado en Accra. En verdad fue como un viaje de sanación para mí, no solo leer este libro, sino también componer un álbum a partir de él y conocer a Paulo Coehlo en persona”. 

Además de artista, también es activista. Sus conciertos y grabaciones para conmemorar el Holocausto (uno de ellos en Bellas Artes) y encontrar la reconciliación han sido muy importantes en su carrera y para su público. En México estamos padeciendo la más oscura época de violencia y de asesinatos de mujeres. ¿Qué nos puede decir sobre la reconciliación?

“Uf. Desafortunadamente esa gente malvada, que lucha por el poder, con esa brutalidad y crueldad, no viene a mis conciertos. Es terrible cómo el ser humano puede ser cruel con otros seres humanos, hemos padecido esa crueldad en muchos capítulos de la historia en todo el mundo, ya sea por razones políticas o religiosas, como las Cruzadas, la época de los nazis, obviamente. Muchos genocidios han pasado en la historia y ciertamente la crueldad hacia las mujeres, que siempre han sido tratadas en segundo plano en la historia de la humanidad en un mundo gobernado por hombres. Estoy sin palabras. Solo puedo pedir mirar al ser humano como algo universal, una criatura de la naturaleza que necesita libertad, amor, luz. Todo está conectado, todo ser humano está conectado con otro de la misma manera en que estamos conectados con la naturaleza. Espero que el gobierno tome seriamente (los asesinatos de mujeres y la violencia). ¿Qué puedo decir? Es una situación terrible. Cuando la violencia y la brutalidad surgen, el gobierno debe aparecer, porque no hay otra manera de reaccionar con medidas serias y muy fuertes para erradicar la fuente de esa violencia”. 

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Publication: Cartelera de Teatro
Date: 12 September, 2022
By: Enrique Saavedra

Fotos: Cortesía Música UNAM/Paola F. Rodríguez

Es París en 1987. Es la noche de estreno del montaje francés de Cabaret, la obra de teatro que si bien desde su estreno en Broadway en 1966 fue un éxito rotundo, la versión cinematográfica la convirtió en un espectáculo de culto a nivel mundial. Es la noche de estreno, Sally Bowles está lista para tomar el escenario del Kit Kat Club, cuando de pronto mira en primera fila a la mismísima Liza Minelli y, junto a ella, a los compositores John Kander y Fred Ebb. Entonces, Ute Lemper, la actriz, cantante y bailarina que interpreta a Sally, siente una emoción única. Desde entonces, nos cuenta al abrir su recital en la Sala Nezahualcóyotl de la UNAM, “la vida para mí ha sido un cabaret”. Y sí, desde hace varios años, se reconoce que Ute Lemper y el cabaret son uno mismo.

Con más de cuatro décadas de trayectoria, la artista alemana visitó la Ciudad de México una vez más, como lo ha hecho desde hace veinticinco años gracias a la visión de la empresaria Orly Beigel, quien la ha llevado al Palacio de Bellas Artes, al Teatro de la Ciudad, al Teatro Julio Castillo, al extinto Salón 21 y al Lunario, pero por primera vez la llevó a territorio puma: el sábado 10 y el domingo 11 de septiembre Ute pisó suelo universitario para ofrecer dos presentaciones en la Sala Nezahualcóyotl, acompañada por la Orquesta Filarmónica de la UNAM, bajo la batuta de Iván López Reynoso.

Bastaron los primeros segundos de Milord de Marguerite Monnot y Georges Moustaki para saber que el encuentro entre la artista y la OFUNAM sería una gozada, a caballo entre el arrabal y la sofisticación que proponen la canción francesa y alemana de la primera mitad del siglo XX: Venga, Señor / siéntese a mi mesa / allá afuera hace frío / aquí adentro estará a gusto, lanza Lemper evocando la bohemia parisina, dialogando con la mítica Edith Piaf.

Tras el inicio en París, Ute recuerda esa noche en la que a los 24 años protagonizó el musical de Kander y Ebb en la Ciudad Luz y concreta la invitación para el público mexicano, mientras se despoja de su saco negro y luce a plenitud un elegante y sensual vestido carmín: qué ganas quedándote solo en tu habitación / ven a escuchar la música / la vida es un cabaret / vente al cabaret. El público le toma la palabra.

Enseguida, Ute invita a acompañarla en un viaje por las noches de la República de Weimar, cuando Marlene Dietrich reinaba como ícono de entretenimiento y resistencia. Por casi media hora, Ute visita la sátira política y social de Mischa Spoliansky y Frederik Hollander, previamente, apoyada en una anécdota sobre la Dietrich ha proclamado: “¡Saquen a los hombres del gobierno!“, lo cuál es celebrado por el público mientras ella, entre desafiante y tímida, le sonríe a López Reynoso y a los músicos de la orquesta.

En medio de la suite, se cuela el jazz de los Gershwin y Ute se sumerge en el anhelo de The Man I Love: algún día él vendrá / el hombre que amo / y cuando esté conmigo / haré lo mejor para que se quede. Billie Holliday y Ella Fitzgerald, muy presentes. La suite cierra con esa rapsodia urbana que por casi un siglo se ha paseado por el teatro, el cabaret, el jazz, el rock y la salsa. Cuando Ute le canta a Mackie Messer, Mack the Knife, Mackie -o Pedro- Navajas, a sus espaldas se posa una pléyade de ancestros teatrales encabezados por Kurt Weill y Bertold Brecht. El aplauso para Ute, Weimar, Berlín y sus fantasmas es largo y emotivo.

La travesía se ancla de nuevo en París. Aunque la Piaf ronda por ahí, el homenajeado ahora es Jacques Brel y su poesía arrebatada, existencialista. Abre la suite con el arreglo jazzy de Je ne sais pas para luego entrar en la hondura del puerto de Amsterdam.

Parece que el concierto ha llegado al clímax cuando Ute nos grita todo lo que pasa con los marineros que ríen, beben, bailan, sudan, mueren… pero hay más. Tras un silencio breve, el piano de … se escucha suave, llorón. Lemper hace grave su gesto y, desde ahí, lanza el máximo ruego: no me dejes / deberíamos olvidar / todo puede olvidarse… En la balada desgarradora de Brel -que cuenta la leyenda se la escribió a la mismísima Piaf-, la actriz y la cantante logra su apoteosis: su voz rota, su lamento en susurros cala en el alma de la Sala Neza cada que pronuncia Ne me quitte pas.

Como en fin de fiesta, Ute viaja a la Argentina de Piazzolla y por unos minutos se transforma en María de Buenos Aires y le canta exultante al Ché, tango, ché. Hay un rigor de artista notable al escucharla cantando los versos de Horacio Ferrer en español. López Reynoso y la OFUNAM jamás la abandonan, son inmejorables compañeros de viaje.

La travesía concluye entre Londres y Nueva York. La actriz confiesa que fue cansado interpretar durante tres años a Velma Kelly en los montajes del West End, Broadway y Las Vegas del musical Chicago, también de Kander y Ebb. Empero, el jazz siempre será necesario y por eso intenta despedirse al ritmo de All that jazz: no, no soy mujer de nadie / amo mi vida / y todo el jazz.

Los aplausos son cálidos. El público agradece de pié la espléndida noche que acaba de propiciar la diva alemana -a la que no le gusta que le digan diva-y, en reciprocidad, ella lanza un beso de buenas noches -al menos en la presentación del sábado, la del domingo fue a mediodía-con una dulcísima versión del clásico de Charles Trenet Que reste-t-il de nos amours que en francés es una nostalgia: ¿qué queda de nuestros amores? / ¿qué queda de esos días bellos? y que en inglés se torna un parabién: te deseo pájaros azules en la primavera / que le dé a tu corazón una canción para cantar… Y eso fue lo que Ute Lemper, la actriz, cantante y bailarina alemana de 59 años de edad deseó a su audiencia mexicana la noche del sábado.

La tarde del domingo, además de reconocer el trabajo y la amistad de Orly Beigel, ofreció como segundo encore una hermosa versión del himno Blowin’ in the wind de Bob Dylan, demostrando que toda la trasgresión, irreverencia, ironía y sátira que distinguen al cabaret no es más que un pequeño intento, desde el arte, por dar al mundo un poco de luz y de paz en tiempos convulsos. Y vaya que estos tiempos lo necesitan. Estos tiempos necesitan del arte de Ute Lemper.

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Publication: MILENIO DIGITAL
Date: 9 September, 2022

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Foto: Cortesía

La cantante y actriz alemana regresa a nuestro país para deleitarnos con un íntimo concierto, compuesto por sus grandes éxitos y lo mejor de la tradición del cabaret.

La presencia de la actriz y cantante Ute Lemper en los escenarios mexicanos ha sido constante desde hace 25 años; entre sus últimas actuaciones en nuestro país, destaca la que realizó junto con la Orquesta Sinfónica Nacional para interpretar la obra Los siete pecados capitales, de Kurt Weill. Ahora, regresa para ofrecernos un espectáculo tan íntimo como enérgico, compuesto por los grandes éxitos de su carrera.

Originaria de Alemania, Lemper estudió danza en su país y teatro en Viena. Entre los papeles que ha interpretado destaca el de Sally Bowles en la producción de Cabaret en París; el de Peter Pan en la comedia musical homónima realizada en Berlin; y el de Velma Kelly en Chicago, tanto en la producción londinense como en la de Broadway. Ha colaborado con compositores contemporáneos como Michael Nyman y Philip Glass, en 1990 participó junto con Roger Waters del concierto The Wall Live in Berlin, realizado tras a caida del famoso muro. Pero para ella su labor más importante es mantener vivo el legado de gente como Kurt Weill, Bertolt Brecht, Jacques Brel o Edith Piaf, la gran tradición del cabaret.

Para su próxima presentación en nuestro país Lemper estará acompañada por la Orquesta Filarmónica de la UNAM, con Iván López Reynoso como director huésped, quien ha dirigido a la Oviedo Filarmonía, la Sinfónica de Madrid, la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, la Filarmónica Gioachino Rossini, la Sinfónica Nacional, la Sinfónica de Minería y el Coro y Orquesta del Teatro de Bellas Artes, entre otras agrupaciones.

El programa está formado por “Milord”, de Marguerite Monnot; “Cabaret” y “All that Jazz”, de John Kander; “Yo soy María” y “Che, tango, che”, de Astor Piazzolla; “Je ne sais pas”, “Ámsterdam” y “Ne me quitte pas”, de Jacques Brel. Mención aparte merece Weimar Suite, un popurrí formado por varias melodías de autores alemanes del siglo XX, específicamente del periodo de entreguerras conocido como la República de Weimar y que abarcó de 1918 a 1933. Es en esta época en la que brillaron figuras como Kurt Weill y Bertolt Brecht, entre otros.

El magnífico concierto de Ute Lemper y la OFUNAM se presentarán el sábado 10 a las 20:00 y el domingo 11 a las 12:00 horas en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario. El costo del boleto va de los 600 a los 1200 pesos y puede adquirirse en taquilla o a través de la página BoletosCulturaUNAM. Se recomienda el uso de cubrebocas, así como mantener la sana distancia.

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